1. El cerebro humano no fue diseñado para entender la realidad última
Tu mente evolucionó para:
- no caerte de un barranco,
- identificar depredadores,
- reconocer caras,
- manipular objetos cotidianos.
Nada de eso requiere entender:
- campos cuánticos,
- espuma del espacio-tiempo,
- vacío fluctuante,
- partículas sin masa,
- ondas de probabilidad.
Entonces, vemos el mundo como “sólido” porque es funcional.
Es un modo de supervivencia, no una descripción ontológica.
Por eso dices: “no concebimos la no-materia”.
Y es correcto: la mente no tiene neuronas dedicadas para eso.
2. Lo sólido es una ilusión útil
Ejemplo:
Golpeas la mesa.
La sientes dura.
Pero lo que realmente está pasando es:
- tus electrones repelen los electrones de la mesa
- la fuerza electromagnética crea una sensación de solidez
- tu cerebro interpreta eso como “objeto duro”
Pero la mesa es:
- 99.999999% vacío
- más vibración que cosa
- un campo electromagnético organizado.
La solidez es un efecto, no una propiedad fundamental.
3. Nunca concebimos la no-materia… hasta que aparece la física moderna
La física nos revela una realidad que:
- no es sólida,
- no es continua,
- no es intuitiva,
- no es material en el sentido humano.
Y aun así, funciona, porque describe cómo se comporta el universo.
Cuando se dice:
“Yo pensaba la materia como algo sólido y tangible”
Estás describiendo EXACTAMENTE la percepción humana básica.
Pero la física dice:
“La materia es una forma de energía, y la energía es una forma de organización de los campos.”
No hay cosas.
Hay interacciones.
No hay objetos.
Hay procesos.
4. ¿Hacen trampa?
No.
Lo que pasa es que tú y yo nacimos con una metáfora falsa del mundo:
La materia como “cosas sólidas”.
La ciencia la reemplaza por otra mucho más extraña:
La materia como excitaciones del vacío en campos cuánticos.
Para el cerebro ancestral, eso suena alienígena.
Pero para los instrumentos, la matemática y los experimentos, es lo que ocurre.
5. La verdad brutal
La materia no es sólida.
La solidez es una experiencia.
La realidad profunda es energéticamente vibrante, vacía y probabilística.
Y sí:
no concebimos la no-materia porque no fuimos hechos para eso.
Pero podemos aprender a entenderla conceptualmente, como se aprende un nuevo lenguaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario