«El robo más grande contra nosotros lo cometemos nosotros mismos. La vida me parece bonita y me siento libre. El cielo se extiende ampliamente tanto dentro de mí como sobre mí. Creo en dios y creo en la gente y me atrevo a decirlo sin ninguna vergüenza. La vida es dura, pero eso no es grave. Hay que empezar a tomarse en serio a sí mismo, y lo demás viene por sí solo. Y lo de “trabajar por uno mismo” realmente no es un individualismo enfermizo. La paz sólo puede convertirse en una paz real más adelante, cuando cada individuo la encuentre en sí mismo, extermine y venza el odio hacia los demás, da igual de qué raza o pueblo, y lo transforme en algo que ya no sea odio, sino tal vez incluso amor. Pero probablemente eso sea exigir demasiado. Y aun así es la única solución.»
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