sábado, 22 de agosto de 2020

Álvaro Neil

Cuando eres nómada, no puedes llevar muchas cosas. Mi bicicleta, con la que viajaba, tenía muchas alforjas, pesaba unos 85 kilos. Es como si hubiera llevado a uno de vosotros a dar la vuelta al mundo. Pero claro, vosotros no me cocináis, no me dais la ropa… La bicicleta tenía todo. Tenía una cocina… Yo llevaba todo lo que necesitaba para sobrevivir en la bicicleta. Pero no puedes llevar mucho. Durante muchos años, he usado la misma ropa. Esto es una ventaja, porque cuando me levantaba no tenía que pensar si me pongo la camisa verde o la roja. Me pongo la que hay. Y cuando el sol la rompía, conseguía otra. Por la mañana, para desayunar, no podía elegir si mermelada de piña o de naranja amarga. Me ponía la mermelada que había, si tenía. Y esto me ha ayudado a aprovechar el tiempo. No he perdido el tiempo eligiendo cosas materiales. Las cosas materiales están a mi servicio, no yo al de ellas. Yo hago un ejercicio que os recomiendo: cuando voy a comprar algo a una tienda o a comer, yo pienso antes: «¿Cuánto yo pagaría por esa chaqueta?». Yo lo pienso, digo… Por decir un ejemplo, 25. «Hola, ¿qué tal? ¿Cuánto cuesta la chaqueta?». «Treinta y ocho». «No, muchas gracias». Y a lo mejor tengo el dinero, pero es importante que vosotros fijéis antes el valor que pagáis por las cosas, antes de que el mercado os diga lo que valen. Porque si ellos te dicen 38 y tú no has hecho ese ejercicio, cuando llegas los pagas, porque los tienes. No, primero marca tu criterio: ¿Cuánto yo estoy dispuesto a pagar por esto? «Vale, lo compro».
Ser nómada me ha enseñado estas cosas. Me ha enseñado lo bueno que es que el sol salga por la mañana. El sol ha sido mi calefacción. Durante muchos años. Incluso cargaba un panel solar que llevaba, donde me daba electricidad para suministrar energía al ordenador o al teléfono. Los últimos años, porque casi siempre he estado sin teléfono. Ser nómada te enseña a saber que un árbol es una sombra, que cuando las ramas se mueven te están saludando. Que cuando los pájaros llegan por la mañana te están diciendo buenos días. Estableces una relación directa con la naturaleza. El hombre no ha hecho la naturaleza. Existía antes que nosotros. Y es un regalo. Nada hay más perfecto que la naturaleza. Y nuestra misión no es mejorarla, es conservarla. Y ni siquiera somos capaces. Ser nómada es lo mejor que me ha pasado en la vida, yo os lo recomiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog