Mi primer mentor fue un hombre llamado Jim Rohn. Me enseñó que la felicidad y el
éxito en la vida no son resultado de lo que tengamos, sino más bien de cómo vivamos. Lo que
hagamos con lo que tenemos determina en gran medida la calidad de vida, incluso tratándose
de detalles mínimos. Por ejemplo, me enseñó que debía ser hombre de dos cuartos de dólar.
Esto lo refería al ejemplo del limpiabotas. Digamos que el limpiabotas sea un artista de su
profesión; silba mientras trabaja y hace malabarismos con los cepillos. Es un gran valor el que
así comunica. Y, como decía Jim, cuando se lleve usted la mano al bolsillo y se pregunte si
debe darle un cuarto de propina o dos, decídase siempre por la cifra más alta. Con esto,
además de hacerle un favor a él, se lo hará a sí mismo. Porque si sólo le diera un cuarto, más
tarde, cuando se mire los zapatos y los vea relucientes, pensará: «Y eso que sólo le di un
cuarto. ¡Cómo he sido tan tacaño con alguien que hizo tan buen trabajo!». Pero si le da dos,
eso afectará al concepto que tiene usted de sí mismo. ¿Y si se hiciera el propósito de dejar
siempre una moneda en el platillo cuando asista a una colecta? ¿Y si se comprometiese a
comprar siempre alguna cosa en todas las tómbolas benéficas? ¿Y si se propusiera llamar de
vez en cuando a los amigos, sin ningún motivo especial, sólo para decirles que los aprecia y
para que ellos lo sepan? ¿Y si se acordase de enviar siempre una nota de agradecimiento a
quien le haya hecho algún favor? ¿Y si dedicase conscientemente algún tiempo y esfuerzo a
idear maneras nuevas y originales de complacer a otros y enriquecer la vida de los demás?
Eso es el estilo de vida. No es el tiempo lo que falta; el problema de la calidad de vida se
resuelve considerando a qué lo dedicamos. ¿Nos dejamos llevar por la rutina, o procuramos
invertirlo siempre en algo original y especial?
Todo esto parece muy poca cosa y, sin embargo, es muy poderoso el efecto que ejerce
sobre la idea que uno tenga de sí mismo como persona.
Me gusta la idea de ser hombre de dos cuartos de dolar :)
ResponderEliminarmuy buena historia de Jim..
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