martes, 13 de abril de 2021


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 Cuando el temor por el mundo crece en mí

y despierto en la noche ante el menor sonido,
preocupado por qué será de mi vida y de las vidas de mis hijos,
voy y me acuesto allí donde el pato
descansa en su belleza en el agua, y la garza real se alimenta.
Entro en la paz de las cosas salvajes
que no ponen a prueba sus vidas con la anticipación del dolor.
Entro en la presencia del agua quieta.
Y siento sobre mi cabeza a las estrellas ciegas al día
esperando con su luz. Por un momento,
descanso en la gracia del mundo, y soy libre.

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