Las butacas del Palacio de Bellas Artes eran insuficientes cuando Jaime Sabines se presentó en el máximo recinto cultural de México el 30 de marzo de 1996. El mismo escenario sucedió en la Sala Nezahualcóyotl en septiembre de 1997, cuando jóvenes con poemarios en los brazos esperaban afuera del espacio con la ilusión de ver u escuchar a uno de los máximos poetas nacionales del siglo XX.
En el Homenaje Nacional a Jaime Sabines el lugar mandado construir por Porfirio Díaz se volvió el hogar de los lectores que recibieron con casi dos minutos de aplausos al autor de los "Los Amorosos".
"Estos son aplausos que lo lastiman a uno", dijo entonces a sus seguidores; fieles que hoy, 22 años después de la muerte del poeta mexicano, siguen recordando sus versos llenos de amor, dolor y vida.
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