La realidad, lejos de ser algo natural, impone al sujeto un trabajo de adecuación. Influye sobre él y de algún modo determina si lo que hace está bien o está mal.
Michel Foucault
dijo que la verdad era la verdad del poder. Así, desde los medios de
comunicación se instalan las ideas que después la gente creerá ciertas y
se las convoca a vivir esa vida inauténtica de la que habló Heidegger.
Otras veces, se optó por la fuerza. De una u otra forma, el poder
decidió cuál era la verdad.
Gabriel Rolón
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