John Callahan tenía 21 años de edad cuando sufrió un accidente automovilístico que cambió su vida para siempre. Había estado de bar en bar con un amigo durante más de 24 antes de un choque brutal que lo dejó cuadraplégico y con una serie de adicciones que nunca logró dominar por completo.
Por fortuna, John no quería ser alguien que diera lástima por su condición, así que un buen día decidió tomar un lápiz entre sus dos manos y comenzar a dibujar. Sus ilustraciones no eran nada del otro mundo: más que todo eran caricaturas en blanco y negro bastante rústicas, y tal vez hubiesen pasado desapercibidas de no haber sido por el humor macabro de quien las hacía.
Durante 27 años hasta su muerte en el año 2010, el trabajo de Callahan apareció en diario Willamette Week de Portland (así como en revistas como Playboy y The New Yorker), que en más de una ocasión ocasionaron protestas y boicots contra la publicación. Al dibujante esto no le importaba mucho: solía burlarse de sus críticos, quienes lo calificaban de irrespetuoso, y decía que la única opinión que le interesaba era la de gente como él.https://www.ismorbo.com/john-callahan-el-caricaturista-cuadraplegico-y-alcoholico-del-nuevo-filme-de-gus-van-sant/
El dibujante y músico estadounidense, nació el 5 de febrero de 1951 y fue abandonado. Nunca conoció la identidad de sus padres biológicos.
Fue adoptado en un orfanato de Portland por David Callahan (Dave), un trabajador de la empresa Cargill y su mujer, Rosemary, una pareja de Oregon que creía que no podía tener descendencia, aunque después tuvieron cinco hijos más.Lo llamaron John Michael Callahan.“Comencé a dibujar caricaturas de roedores para divertir a mis amigos en clase
Aunque en algunos relatos se dice que empezó a beber a los 12 años, otras fuentes cuentan que cuando tenía 8 años, sufrió abusos sexuales de una maestra y para hacer frente al trauma, John comenzó a beber a los 14 años. “Utilicé el alcohol para ocultar el dolor del abuso”, dijo. “Me sentía como un extraño en mi familia”, recuerda John.
Poco a poco, su dependencia del alcohol aumentó, su filosofía era beber y vivir el día. “Un día cualquiera, me podía beber doce cervezas, vino y whisky.” También experimentó con otras drogas, incluyendo marihuana y LSD.
“El LSD me asustó, me volvía paranoico”, dijo John. Sin embargo, el alcohol fue su droga preferida y jugaría un papel significativo en los acontecimientos que cambiarían su vida para siempre.
Él mismo describió su juventud como una sucesión de días entre jornadas de trabajo y borracheras sin ningún otroobjetivo. Uno de sus amigos, Kevin Mullane, dijo en una entrevista que la bebida estuvo más cerca de matarlo que el accidente.
“Irónicamente, el accidente puede haber salvado su vida”, dijo Mullane.
Tras años de alcoholismo y autocompasión, una noche, después de pasar una hora larga intentando abrir una botella con los dientes, se le resbaló de las manos y rodó por el suelo, fuera de su alcance. La miró durante un rato. Luego empezó a gritar maldiciendo a Dios por estar lisiado. Gritó hasta caer exhausto y luego lloró durante una hora.
Finalmente, una sensación inquietante, pero reconfortante, lo invadió, como si una mano lo tranquilizara. Cuando su ayudante regresó, Callahan dijo, “Oye, Alex, algo muy profundo me pasó aquí, no creo que vaya a beber más.”
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