jueves, 30 de enero de 2025

 4. Por mucho que esté biológica y socialmente condicionado para reaccionar desproporcionadamente con emociones y conductas destructivas, sigo teniendo la responsabilidad de intentar cambiarlo con medios mentales y médicos. Si tengo alguna enfermedad física, como diabetes o problemas de corazón, puedo recibir tratamiento, afrontarla y posiblemente mejorar mi salud. Por tanto, si no me ocupo de ella adecuadamente, demuestro ser irresponsable conmigo y quizá con los demás. Lo mismo ocurre con mis problemas emocionales: puedo elegir ocuparme de ellos de forma responsable o no, aun cuando no he hecho prácticamente nada para provocármelos. De todos modos, si decido afrontarlos de forma irresponsable, sólo seré una persona que actúa mal, no una mala persona. 

5. Puedo provocar o exacerbar irresponsablemente enfermedades físicas o mentales bebiendo, tomando drogas, fumando o comiendo en exceso. Si lo hago, voy a reconocer mi irresponsabilidad pero no me menospreciaré por ella. De esta manera, tengo muchas más posibilidades de corregirla. 

6. Cuando mis perturbaciones emocionales sean insoportables, y sobre todo cuando parezcan responder a un aspecto bioquímico o físico, intentaré mejorarlas con medicación adecuada, dieta, métodos físicos, y a veces incluso ingresando en alguna institución indicada, sin pensar que por ello soy un débil. Por otro lado, tampoco contaré única y obsesivamente con el tratamiento médico, sino que trabajaré con métodos psicológicos para pensar, sentir y actuar de forma distinta y más eficaz. Quizá entonces seré más capaz de manejar mis perturbaciones emocionales.

Albert Ellis

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog