martes, 7 de enero de 2025

 5. Si convierto la autosuficiencia en una necesidad desesperada, dependeré constantemente del extremo en que la esté logrando a cada momento. 

6. Considerar sagrados a los demás es perderme y estar siempre necesitado. Considerarme sagrado a mí mismo supone dejar de ser capaz de apreciar realmente a los demás y de relacionarme con ellos. Cualquiera de las dos opciones me creará ansiedad, puesto que ni yo ni los demás somos dioses ni llevamos vidas constantes. 

7. Querer y ayudar a los demás no me convierte en buena persona, pero es una de las cosas más gratificantes que puedo hacer. Me impedirá estar demasiado pendiente de mí mismo y actuar como si fuera el centro del universo. 

8. Querer a los demás y a mí mismo no son objetivos incompatibles, sino que, por el contrario, pueden ser una doble fuente de interés y placer vital. 

9. Si trato de comprender el punto de vista de los otros, teniendo en cuenta sus objetivos y propósitos, entenderé mejor su conducta y no me disgustaré tanto con ella. Los comprenderé mejor y disfrutaré más con ellos. 

10. A menudo compararé mis rasgos y cualidades con los de los demás para ver cómo mejorar, si puedo. Sin embargo, no me compararé globalmente con ellos como personas. Simplemente, veré que a veces tienen mejores cualidades que yo y otras no. 11. Procuraré entender mejor a los demás y así, además, aumentarán las probabilidades de que ellos me entiendan a mí.

Albert Ellis

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