Si depende de ti, ¿por qué lo haces? Pero si depende de otro, ¿a quién censuras? ¿A los átomos o a los dioses? En ambos casos es locura. A nadie debes reprender. Porque, si puedes, corrígele, si no puedes, corrige al menos su acción. Y si tampoco esto te es posible, ¿de qué te sirve irritarte? Porque nada debe hacerse al azar.
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