Como un exiliado camino por las callejuelas de la ciudad más antigua, la primera en nacer. Mi alma va delante de mí, vacilante y ansiosa. ¿Qué la perturba? ¿Su abandono o su búsqueda de una nueva morada? Allí estoy, sonámbula, huérfana y vencida. Añoro la playa y las altas colinas y aquella barca azul que cerca de la costa está esperándome.
MATILDE KUSMINSKY-RICHTER
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