domingo, 21 de febrero de 2021


 Kerouac escribía con una técnica a la que llamó “prosa espontánea” y así la definió: “Ninguna ‘selectividad’ e expresión, sino seguir el libre desvío de la mente hacia los infinitos mares del pensamientos, zambullirse en el océano del inglés sin otra disciplina que los ritmos de exhalación retórica y de la narración protestada, como un puño que cae sobre una mesa con cada sonido completo ¡bang!”. En otra entrevista, comentó: Pasé toda mi juventud escribiendo despacito, haciendo correcciones e interminables especulaciones y tachaduras y lo único que conseguí fue un día escribir una frase... y la frase no tenía sentimiento".

Entonces, solo se sentaba a escribir sin interrupciones, sin pausas. Página tras página. Pero el hecho de tener que cambiar de hojas le fastidiaba, cortaba su flujo. No le interesaba encontrar “la palabra adecuada”, ni detenerse en cuestiones de puntuación que rompían con esa energía, que lo alejaban de ese deseo de convertirse en un músico de bebop - la manera que encontró el jazz de los ‘40 de romper con su enquistamiento- de poder componer, improvisar, una nota tras otra.

https://www.infobae.com/america/cultura/2019/10/21/el-camino-de-jack-kerouac-la-vida-veloz-furiosa-y-adicta-del-gran-escritor-beat/

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