La soledad no está tan sola...
¡No ves que a mí no me abandona!
Como una tempestad que va arrancando los tejados;
no sé quien me quitó lo que jamás me había dado.
Me asomo a la ventana siempre está lloviendo
y en mi vieja radio suena "Sol de invierno".
Perdido en el camino entre el amor y el odio;
tan cerca del cielo como del demonio...
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