miércoles, 18 de noviembre de 2020

Bertrand Russell

 

 


La raíz del problema está en la excesiva importancia que se 

da al éxito competitivo como principal fuente de felicidad. 

No niego que la sensación de éxito hace más fácil disfrutar de 

la vida. Un pintor, pongamos por caso, que ha permanecido 

desconocido durante toda su juventud, seguramente será más 

feliz si se reconoce su talento. Tampoco niego que el dinero, 

hasta cierto punto, es muy capaz de aumentar la felicidad; 

pero más allá de ese punto, no creo que lo haga. Lo que sos-

tengo es que el éxito únicamente puede ser un ingrediente de 

la felicidad, y saldrá muy caro si para obtenerlo se sacrifican 

todos los demás ingredientes. 


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