Es imposible tener una energía sublime, con un lenguaje tosco.
“Al cuidar nuestro lenguaje, estaremos cuidando la calidad de nuestra energía”.
Debemos cuidar no sólo la lengua del paladar, sino la lengua interna, la lengua de la mente, que constantemente anda charlando. El estar constantemente con bullicio mental, con el verbo insonoro de la mente, también es perjudicial.
Muchas veces no decimos nada, pero mentalmente desollamos a una persona, hablamos mal de ella con nuestra lengua interna.
Lo que verdaderamente cuenta en la vida, es la manera como nos tratamos interna e invisiblemente los unos con los otros.
Hay que aprender a hablar cuando hay que hablar y a callar cuando debemos hacerlo. Hay palabras infames y silencios delictuales.
“Soy dueño de lo que callo y esclavo de lo que digo”.
La palabra, el verbo, siempre debe salir del corazón, no de la mente, sentir como es nuestro corazón el que habla, sólo de esa forma enalteceremos nuestro lenguaje.
“Es necesario comprender el valor de la palabra y no profanarla con pensamientos indignos”
No hay comentarios:
Publicar un comentario