martes, 21 de febrero de 2023

 Un viejo ermitaño, se refugiaba en la montaña para dedicarse a meditar y orar. A menudo se le veía como muy ocupado.


Un día alguien le preguntó ?: ¿Cómo puede tener tanto trabajo si vive en soledad?

 Él contestó: “Tengo varias cosas qué hacer:

entrenar a dos halcones, 
entrenar a dos águilas, 
tranquilizar a dos conejos,
disciplinar una serpiente,
motivar a un asno y 
domar a un león.

 No veo ningún animal por aquí, ¿dónde están?

 El ermitaño le respondió:

 Estos animales los llevamos todos dentro.

 Los dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno o malo, tengo que entrenarlos para que se lancen sobre cosas buenas:
   Son mis ojos.

Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan, tengo que entrenarlas para que se pongan al servicio y ayuden sin hacer daño: 
 Son mis manos.

Los conejos quieren ir a donde ellos quieran, quieren esquivar las situaciones difíciles, tengo que enseñarles a estar tranquilos aunque haya sufrimiento, problema o cualquier cosa que no me gu  Son mis pies.

Lo más difícil es vigilar la serpiente, está encerrada en una fuerte jaula, pero ella siempre está lista para atacar, morder y colocar su veneno en cualquiera que esté cerca, por ello tengo que disciplinarla:
   Es mi lengua.

El burro es obstinado, no quiere cumplir con su deber, siempre está cansado y se niega a llevar su carga cada día:
 Es mi cuerpo. 

Por último necesito domar al león, quiere ser el rey, es altivo y siempre quiere ser el primero , es vanidoso, es orgulloso, se cree el mejor:
Es mi EGO.
Como ve tengo demasiado trabajo por hacer"

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