viernes, 6 de enero de 2023

Antony de Mello

 


¿Saben de dónde vienen las guerras? Vienen de proyectar hacia afuera el conflicto que tenemos dentro. Muéstrenme un individuo que no tenga un conflicto interno y yo les mostraré a un individuo que no es violento. Sus acciones serán eficaces, incluso duras, pero estará libre de odio. cuando actúa, actúa como el cirujano; cuando actúa, actúa como el maestro amante de los niños que tienen retardo mental. Uno no los culpa, los comprende; pero se lanza a la acción. Por otra parte, si uno se lanza a la acción con su propio odio y su propia violencia sin resolver, el error se agrava. Trató de apagar el fuego con más fuego. Trató de controlar una inundación echando más agua. Repito lo que dijo Neill: "Cada niño tiene un dios en él. Nuestros intentos por moldear al niño convertirán al dios en un demonios. Los niños llegan a mi colegio como pequeños demonios, odiando el mundo, destructivos, maleducados, mentirosos, robando, de mal humor. A los seis meses son niños felices y saludables que no hacen ningún mal. Y yo no soy un genio, simplemente un hombre que se niega a dirigir los pasos de los niños. Yo les permito formar sus propios valores y los valores son invariablemente buenos y sociales. La religión que vuelve buena a la gente la vuelve mala, pero la religión conocida como libertad hace que todas las personas sean buenas, porque destruye el conflicto interno (yo agregué la palabra "interno") que convierte a las personas en demonios". Neill dice también: "Lo primero que hago cuando un niño llega a Summerhill es destruir su conciencia". Supongo que ustedes saben a qué se refiere, porque yo sé a qué se refiere. No se necesita conciencia cuando se tiene consciencia*; no se necesita la conciencia cuando se tiene sensibilidad. No se es violento, no se es temeroso.

* Conciencia: Facultad de discriminar entre el bien y el mal Consciencia: Conocimiento intuitivo que tiene el individuo de sí mismo y del medio que lo rodea (N. del Ed). 

 Probablemente ustedes piensen que éste es un ideal inalcanzable. Me he encontrado aquí y allá con individuos que de repente se tropiezan con esta verdad; la raíz del mal está dentro de uno mismo. A medida que uno comprenda esto, va dejando de forzase, y uno comprende. Nútranse con alimentos sanos, con alimentos sanos y bueno, no me refiero al alimento en el sentido literal; me refiero a puestas de sol, a la naturaleza, a una buena película, a un buen libro, a un trabajo agradable, a la buena compañía, y se podrá esperar que ustedes rompan sus adicciones a esos otros sentimientos. ¿Qué sentimiento tienen ustedes cuando están en contacto con la naturaleza, o cuando están absortos en un trabajo que aman? ¿O cuando conversan con alguien cuya compañía disfrutan en la sinceridad y en la intimidad sin apegarse? ¿Qué clase de sentimientos tienen? comparen esos sentimientos con los que tienen cuando ganan una discusión, o cuando ganan una carrera, o cuando son populares, o cuando todo el mundo los aplaude. A éstos últimos los llamo sentimientos mundanos; a los primeros los llamo sentimientos del alma. Muchas personas ganan el mundo y pierden su alma. Muchas personas viven una vida vacía, sin alma, porque se alimentan de la popularidad, el aprecio, la alabanza, el "yo estoy bien, tú estás bien", de mírenme, préstenme atención, apóyenme, aprécienme; de ser el jefe, de tener poder, de ganar la carrera. ¿Se alimentan ustedes de eso? Si así es, están muertos. Perdieron su alma. Aliméntense del otro material más nutritivo. entonces verán la transformación. Les di todo un programa de vida, ¿no es verdad?. 

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