Mi mirar es nítido como un girasol.
Tengo la costumbre de andar por los caminos mirando para la derecha y para la izquierda,
y de vez en cuando mirando para atrás…
Y lo que veo a cada instante
es aquello que nunca había visto
y sé por eso dar con generosidad…
Sé tener el pasmo esencial
que tiene un niño si, al nacer,
notara que nació de veras…
Me siento nacido a cada instante
para la eterna novedad del Mundo…
Creo en el mundo como en un malquerer,
porque lo veo. Pero no pienso en él,
porque pensar es no comprender…
El mundo no se hizo para pensar en él
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirar hacia él y estar de acuerdo…
Yo no tengo filosofía: tengo sentidos…
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que es
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni lo que es amar…
Amar es la eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar…
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