sábado, 28 de octubre de 2023

Vicente Garrido

En la etapa de la seducción, como en la de vulnerabilidad, hay que recurrir a nuestra intuición, y escucharla. Debemos interpretar lo que siente nuestro cuerpo. ¿Qué ocurre con esta persona que no me acabo de sentir cómodo/a? ¿Por qué presiento que hay algo falso en sus palabras? La intuición enciende la alarma para que extrememos nuestra percepción de la realidad, con la ayuda del conocimiento que vamos adquiriendo por nuestra experiencia, el que hemos denominado conocimiento tácito. Esta reflexión sobre lo que vemos puede llevarnos a realizar determinadas preguntas que pueden ser muy útiles en esta etapa. Por ejemplo, en el mundo de la empresa: ¿Es normal que alguien nuevo intente caer tan bien a todo el mundo? ¿Por qué siempre anda coincidiendo con ciertos jefes? ¿Por qué no quiere hablar exactamente de lo que hacía antes de venir aquí? ¿Por qué me presiona para «salir a tomar un copa juntos y hablar sin que nos vean»? ¿Por qué me cuenta cosas de determinadas personas que la discreción aconsejaría no decir? Realmente, ¿funcionan las cosas mejor desde que él está? Y en el ámbito de las relaciones amorosas: ¿Por qué me presiona para que salgamos? ¿Por qué no le gusta que salgamos con mis amigos? ¿Por qué los amigos que tiene no parece que le estimen de modo sincero? ¿Qué quiso decir realmente cuando se expresó en términos muy duros acerca de una relación anterior que tuve? En realidad, ¿qué es lo que realmente sé acerca de él? ¿Me gusta de verdad que siempre quiera saber donde estoy? ¿Qué significa que hable tan mal de sus novias anteriores? ¿Por qué siento que hay algo que no me gusta en él aunque me atraiga? En ambos casos es muy necesario que la víctima haga un esfuerzo por tener claros sus principios y valores esenciales. Como luego explicaré, la esencia de la lucha contra el psicópata se da en el escenario de la perseverancia, de la insistencia en no querer renunciar a lo que se es. Si aceptamos tener relaciones con un hombre que manifiesta actitudes que son contrarias a nuestros valores esenciales, ése es un claro indicador de que no tenemos que unirnos a él.

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