Niño, no entres en los
lugares oscuros del alma,
porque allí aúllan los lobos grises,
los delgados lobos grises.
He estado abajo
entre los impuros que rasgan
la túnica blanca de la belleza
y la visten en harapos de oración.
Niño, hay luz en algún lugar
bajo una estrella,
en algún momento será para ti.
Una ventana que mira
hacia adentro de Dios.
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