Cuentan que un día un peregrino se encontró con la Peste y le preguntó adónde iba: —A Damasco —le contestó ésta—, a matar a cinco mil personas. Pasó una semana y cuando el peregrino se volvió a encontrar con la Peste, que regresaba de su viaje, la interpeló indignado: —¡Me dijiste que ibas a matar a cinco mil personas, y mataste a cincuenta mil! —No —respondió la Peste—. Yo sólo maté a cinco mil. El resto se murió de miedo.
Fábula árabe
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