Para cruzar el río del Cambio necesitas despojarte de tu yo conocido
y previsible —conectado a los mismos pensamientos, decisiones,
conductas y sentimientos de siempre—, y adentrarte en el vacío
o en lo desconocido. El espacio entre el yo antiguo y el nuevo
constituye la muerte biológica de tu antigua personalidad.
Si el yo antiguo ha de morir, en este caso debes crear un yo nuevo
con nuevos pensamientos, decisiones, conductas y emociones.
Meterte en este río es adquirir un nuevo yo desconocido e imprevisible.
Lo desconocido es el único lugar donde puedes crear, porque desde
lo conocido te es imposible crear nada nuevo.
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