"De niño, amaba lo que se ve; adolescente, lo que se siente; como hombre, ya no amo nada. Y, sin embargo, ¡cuántas cosas tengo en el alma, cuántas fuerzas intimas y cuántos océanos de cólera y amores entrecruzan, estallan en este corazón tan frágil, tan débil, tan hundido, tan hastiado, tan agotado!
¡Me dicen que vuelva a la vida, que me mezcle con la multitud!... ¿Y cómo puede dar frutos la rama desgajada?, ¿cómo puede reverdecer la rama que ha sido arrancada por el viento y arrastrada por el polvo? Y ¿por qué tanta amargura siendo tan joven? ¿Qué sé yo?
Tal vez era mi destino vivir así, cansado antes de haber llevado la carga, jadeante antes de haber corrido".
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