martes, 10 de diciembre de 2024

 Semmelweis fue el médico húngaro que demostró la importancia de la asepsia (la ausencia de gérmenes) en los partos, veinte años antes que los trabajos de Pasteur. En esa época, en la clínica obstétrica donde el joven Semmelweis había sido nombrado profesor adjunto, más de una mujer de cada tres moría de fiebre puerperal en los días posteriores al parto.* Las mujeres más pobres de Viena, las únicas que podían acudir a tales clínicas, no iban más que obligadas y forzadas, pues sabían muy bien los riesgos a los que estaban expuestas. Semmelweis tuvo la extraordinaria intuición de proponer el experimento siguiente: todos los médicos de la clínica, que solían practicar disecciones con las manos desnudas inmediatamente antes de asistir a una mujer en el parto, deberían lavarse las manos con agua de cal clorada antes de tocar las partes genitales de sus pacientes. Le costó lo suyo todo ello sucedía antes del descubrimiento de los gérmenes, y   * Una de cada tres, y no nueve de cada diez, como menciona Céline con su genio para la hipérbole, que ya se manifestaba en esa tesis. 

   no existía ninguna razón lógica para que algo invisible e inodoro pudiera transmitirse por las manos. No obstante, los resultados del experimento fueron extraordinarios: en un mes, ¡la tasa de mortalidad bajó de una paciente de cada tres a una de cada veinte! 
 La principal consecuencia del experimento Semmelweis fue… ¡su despido! Sus colegas, a los que lavarse con agua de cal clorada les resultaba fastidioso, organizaron un motín y obtuvieron su despido. Como aquella época no se conocía ninguna explicación plausible, Semmelweis fue ridiculizado a pesar de su clarísima demostración. Murió casi loco unos pocos años antes de que los descubrimientos de Pasteur y Lister permitieran, por fin, comprender científicamente lo que él había descubierto de manera empírica.

David servan

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