“Ningún árbol, suele decirse, crece hasta el cielo sin que sus raíces alcancen el infierno.”
«Ningún árbol puede crecer hasta el cielo —señaló el terrorífico y extraordinario psicoanalista Carl Gustav Jung— a menos que sus raíces lleguen al infierno». Se trata de una sentencia que debería dar que pensar a todo el mundo. En la muy ilustre opinión de tan excelso psiquiatra no había ninguna posibilidad de ascender sin ejecutar un movimiento equivalente hacia abajo. ¿Y quién está dispuesto a hacer algo así? ¿De verdad quieres conocer a quien reina en el inframundo de los pensamientos perversos?
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