jueves, 5 de mayo de 2022

 Jim creció en Niagara Falls, Nueva York. Hoy la población son unos 60,000, pero cuando Jim vivió allí, eran unas 100,000 personas. Era un pujante centro industrial, con compañías como DuPont Chemical. Contaba con medios culturales, una centenaria universidad consolidada, y otras atracciones, pero entonces el foco principal del pueblo era la increíble maravilla natural de las cascadas, como lo es aún hoy. Los Iroquois la llamaban Niagara, que significa «trueno de aguas». Es una vista asombrosa. Cada minuto más de 12 millones de pies cúbicos de agua caen desde unos 54 metros de altura sobre la orilla de las cascadas. Y su anchura total, incluyendo la porción estadounidense y la canadiense, mide unos 945 metros. Se le llama, correctamente, una de las maravillas del mundo. Jim dice: Cuando crecíamos, escuchamos muchas historias acerca de las cascadas y las atrevidas peripecias que la gente hacía, como cuando Annie Edson Taylor se lanzó en un barril, y así por el estilo. Una de las grandes leyendas del pueblo era un acróbata francés llamado Charles Blondin que vivió entre 1824 y 1897. Cruzó la extensión de las cascadas sobre una cuerda en 1859. Eso debió requerir nervios de acero ya que una caída ciertamente lo habría matado. Es más, cruzó las cascadas varias veces. Una vez lo hizo en un barril, otra lo hizo vendado, y otra sobre zancos. Dicen que era muy destacado. Continuó presentándose hasta entrado en sus setenta. Una de las hazañas más increíbles que realizó fue cruzar las cascadas sobre una cuerda cargando a un hombre en su espalda. ¿Se lo imagina? ¡Me parece que cruzar solo no era tan difícil para él! Pero pese a lo difícil que esta hazaña pudiera ser para Blondin, no dejo de preguntarme cómo hizo que alguien fuera con él. Eso es lo que uno llama confianza: subirse a la espalda de un hombre que va a caminar más de medio kilómetro sobre una cuerda atravesando las cascadas más poderosas del mundo. Acostumbraba pensar en eso cuando niño. ¿Cómo sería ver las cascadas desde esa cuerda? Y más importante, ¿qué persona confiaría en mí para cargarlo a través de las cascadas de la manera en que aquel hombre confió en Blondin?

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