Pacho Villa hablaba como si supiera que durante un centenar de años sería sujeto de apasionados amores populares, de enconados odios burgueses y material magistral para novelas que nunca se escribieron. Pero no, lo suyo no es conciencia histórica predatada, lo suyo es simple pasión de magistral narrador oral que sabe que en el detalle está la credibilidad y que toda historia contada se mejora y se empeora, pero las versiones no tienen por qué parecerse absolutamente, obligatoriamente. No existe la historia, existen las historias.
Taibo II
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