domingo, 27 de marzo de 2022

 Si mueres para tu pasado, si quedas totalmente muerto para él, entonces solo puedes ser testigo. ¿Qué otra cosa podrías hacer? Ser testigo significa morir para tu pasado: tus recuerdos, tus pensamientos, todo. Entonces, en el momento presente, ¿qué puedes hacer? Solo puedes ser testigo. No es posible emitir ningún juicio... solo se puede juzgar con respecto a experiencias pasadas. No es posible ninguna evaluación: solo se puede evaluar con referencia a evaluaciones pasadas. No es posible pensar, solo se puede pensar si el pasado está ahí y lo traes al presente. Así pues, ¿qué puedes hacer? Puedes ser testigo. En la antigua literatura sánscrita, al maestro se le define como la muerte: acharya mrityuh. En el Katha Upanishad, Nachiketa es enviado a Yama, el dios de la muerte, para aprender de él. Y cuando- Yama, el dios de la muerte, le ofrece a Nachiketa multitud de tentaciones -«Toma esto, toma el reino, toma toda esta riqueza, todos estos caballos, todos estos elefantes, esto y lo otro», una larga lista de cosas-, Nachiketa dice: «He venido a aprender lo que es la muerte, porque si no sé qué es la muerte, no podré saber qué es la vida.» En la antigüedad se consideraba que un maestro era una persona capaz de convertirse en la muerte para el discípulo: una persona que te puede ayudar a morir para que puedas renacer. Nicodemo le preguntó a Jesús: «¿Cómo puedo alcanzar el Reino de Dios?» Jesús respondió: «Nada se puede alcanzar si no mueres antes. Nada se puede alcanzar si no renaces.» Y este renacer no es un suceso aislado, es un proceso continuo. Uno tiene que renacer en cada momento. No es que renazcas de una vez y ya está, asunto concluido. La vida es un nacimiento continuo, y la muerte también es continua. Hay que morir una vez porque no has vivido en absoluto. Si estás vivo, tienes que morir en cada momento. Morir en cada momento para el pasado, como quiera que haya sido, un paraíso o un infierno. Sea como sea, muere para todo ello, y renace nuevo y joven para el momento presente. Y ahora sé testigo... y solo puedes ser testigo si eres nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Buscar este blog