domingo, 2 de enero de 2022

 Uno de los primos de Fanny era un famoso virtuoso del violín, Joseph Joachim, en cuya educación tanto ella como Hermann desempeñaron un papel deci­sivo. Le adoptaron cuando tenía doce años y le enviaron a estudiar con Félix Mendelssohn. Cuando el compositor preguntó qué debía enseñarle, Hermann Wittgenstein replicó: «¡Sólo déjele respirar el mismo aire que usted!»

El comentario de su abuelo a Mendelssohn iba a encontrar eco mu­chos años más tarde en Ludwig Wittgenstein, cuando éste urgía a uno de sus estudiantes de Cambridge, Maurice Drury, a que dejara la universidad. «Para usted», le dijo, «no hay oxígeno en Cambridge.» Opinaba que a Drury le iría mejor consiguiendo un empleo entre la clase obrera, donde el aire era más saludable. Con respecto a sí mismo —su propia decisión de permanecer en Cambridge—, la metáfora encuentra un giro interesante:  «Para mí esto no tiene importancia», le dijo a Drury, «yo fabrico mi pro­ pio oxígeno.»

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