P. Usted no tiene agente, ¿tiene secretaria?
R. No, yo soy hombre que opera solo, lo hago todo. Escribo yo a máquina, escribo los índices, contesto al teléfono…
P. ¿Cómo se arregla para escribir tanto?
R. Pues no sé, pienso rápido y escribo rápido. Lo he estado haciendo muchos años.
P. ¿Se considera usted brillante?
R. Sí, soy brillante, no veo la forma de negarlo.
P. Usted es conocido en España, pero todavía no es popular. Su público es sobre todo la gente más joven y una cierta élite quien sigue asiduamente la ciencia ficción.
R. En los años treinta pasaba lo mismo aquí en Estados Unidos: sólo le interesaba a la gente joven y a algunas personas mayores especialmente interesadas en la Ciencia. Pero creo que después de la bomba atómica, y especialmente después del lanzamiento del Sputnik, el interés por la ciencia ficción aumentó.
P. Usted escribió que los paseos por el espacio producirían en la gente una especie de euforia, y quince años después, cuando salir al espacio se hizo posible, los astronautas experimentaron exactamente las sensaciones que vaticinó. ¿Por qué se le ocurrió que experimentarían esa sensación de euforia?
R. Pues no lo sé. Aquello queda ahora lejos de mí. No voy en avión, no miro por las ventanas hacia abajo…
P. ¿Tiene vértigo?
R. Tengo acrofobia. Bueno, es difícil imaginar que yo pudiera pensar que estar en el espacio podría producir euforia, pero mi idea era que no había sensación de gravedad. Yo lo describía cerca de Saturno, desde donde el sol se ve muy pequeño, de forma que estaría en la oscuridad y sin gravedad, flotando, y debe de ser como estar de vuelta en el útero materno. De forma que imaginé que produciría una sensación de euforia, sin poder explicar exactamente por qué, no se querría volver a la vida, a la nave.
P. ¿Volver a la nave sería entonces tan traumático como resulta nacer?
R. Evidentemente. Porque cuando se nace, uno se ve arrojado al frío mundo.
CINCO VECES DON QUIJOTE
P. Y hay que empezar la vida llorando. ¿Qué hay después de la muerte?
R. Nada, como no hay nada antes de la vida.
P. ¿Qué escritores le gustan, leyó a Verne, a Wells...?
R. Sí, cuando era joven leía mucho, especialmente novelas y revistas. Pero tengo que decir que en los últimos 20 años no he leído ciencia ficción, porque he estado escribiendo tanto… Disfruto mucho, pero no tengo tiempo. Eso le ocurre a muchos escritores de ciencia ficción y es una pena. Convertirse en escritor profesional es también otra manera de volver a nace, es mucho más agradable sentarse y leer ciencia ficción. Afortunadamente, yo disfruto escribiendo, y como lo hago sobre muy distintos temas, nunca me aburro. Ayer escribí un cuento de ciencia ficción que será publicado en una revista llamada Nova, pero eso fue ayer. Hoy seguiré con mis extraterrestres inteligentes y mañana haré algo que podría ser aprovechado para el cine. De manera que cada día hay algo diferente, y nunca me detengo.
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