Apeles era uno de los más afamados y admirados pintores de su época y cada vez que terminaba un cuadro tenía por costumbre exponerlo ante los transeúntes para que estos le dieran sus opiniones respecto a la obra recién acabada.
En cierta ocasión entre el grupo de personas que admiraban y opinaban sobre su última pintura se encontraba un zapatero local, quién recriminó a Apeles un grave fallo en una de las sandalias que portaba el protagonista del cuadro.
El pintor escuchó atentamente y ese mismo día enmendó su error, mostrando el cuadro de nuevo al día siguiente. El zapatero, envalentonado y orgulloso del éxito que había obtenido al influir con su crítica en la rectificación del cuadro, decidió volver a opinar sobre el mismo, esta vez dando su punto de vista sobre la pierna del protagonista de la obra.
Fue en ese momento cuando Apeles hizo callar al zapatero diciéndole:
«El zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias» (Ne supra crepidam sutor judicaret)* también traducido cómo «El zapatero no debe ir más allá de las sandalias»
Y que ha llegado hasta nuestros días con el famoso «zapatero a tus zapatos»
https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/el-origen-de-la-expresion-zapatero-a-tus-zapatos/
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