35 instantes que emergen cada uno con su propio vuelo, cada uno con su historia inédita, con su grito, con su música aparte, con las imágenes disueltas, con los jirones de las palabras tirando al vacío y la nada, literaturas abiertas para recuperar luego el color como una ansiedad primigenia, terrígena y audaz hacia los tiempos de la naturaleza esbelta; desde aquí, desde estos tiempos de instantes fallidos, los instantes inmensos que se convierten en potencia universal de lo onírico, los instantes que son aire profundo en la existencia, parecidos naturalmente a los anhelos que se pierden y los que se cumplen después de que han costado universos, cielos e infiernos y polifonías etéreas en la profundidad de cada hombre. Es este un libro para nombrar los instantes fallidos y para cuando los instantes no puedan fallar más.
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