Viajar es útil, hace trabajar la imaginación.
El resto no es más que decepción y fatiga. Nuestro viaje es enteramente imaginario.
De ahí su fuerza.
Va de la vida a la muerte.
Hombres, animales, ciudades y cosas, todo es imaginación.
Se trata de una novela, nada más que una historia ficticia. Littré, que nunca se engaña, lo dice.
Y además todos pueden hacer lo mismo.
Basta con cerrar los ojos.
Ocurre al otro lado de la vida.
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