"Nunca se debe pensar ligeramente acerca del mal diciendo: “a mí no me afectará”. El agua, cayendo gota a gota, llena el cántaro. De igual modo, el mal, poco a poco, llena el corazón de aquel que es desatento."
"Nunca se debe pensar ligeramente del bien diciendo: “a mí no me ayudará”. El agua cayendo gota a gota, llena el cántaro. De modo similar, el bien, poco a poco, llena el corazón del sabio"
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