El lenguaje puede ser positivo o negativo, puede estar bien estructurado o desorganizado, dependiendo de la calidad de la educación recibida. Un lenguaje rico, positivo y bien estructurado incrementa el poder de la inteligencia, facilita el aprendizaje, la adaptación, la creatividad y el éxito; mientras que un lenguaje negativo y mal estructurado conduce al fracaso intelectual y social.
David Angulo
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