Savonarola se distinguió enseguida de los demás predicadores. Mediante su dominio de la oratoria ejercía un fuerte magnetismo sobre el pueblo. Utilizaba hábilmente profecías y visiones, clamaba contra el lujo y la corrupción de los poderosos y denunciaba los abusos del alto clero y del papa. Reclamaba la necesidad de una renovación de la Iglesia y exhortaba al pueblo a vivir sanamente. Sus sermones apocalípticos atraían a las masas, pero también fue ganando prestigio entre las élites: personajes de la talla del mencionado Della Mirandola, de Botticelli o de Miguel Ángel se convirtieron en seguidores del fraile, que al poco tiempo fue nombrado prior del convento.
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20170307/47310279613/la-hoguera-de-las-vanidades.html
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