El sexo no vacila en enredarse con su escoria ni en inmiscuirse en los negocios de los hombres de Estado y en las investigaciones de los sabios.
Todos los días destruye las relaciones más valiosas. De hecho, despoja a los que antes eran rectos y honorables de toda su conciencia.El sexo es el más poderoso de los móviles humanos. El fin último de casi todo empeño humano. Interrumpe a toda hora los menesteres más serios, y muchas veces causa perplejidad a las más notables mentes humanas. No vacila en enredarse con la escoria ni en inmiscuirse en las investigaciones de los sabios…».
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