Gracias por dibujar el cuervo
afuera de mi ventana.
Gracias por dibujar las arrugadas bayas agridulces
que dan brillo a la ceniza roída.
Gracias por dibujar el tronco, el montículo
y el perro con la cadera rota.
Gracias por dibujar el horizonte así.
Gracias por dibujar a la mujer de pie.
No está diciendo nada. Me gusta eso.
Gracias por dibujar el rayo seco.
Gracias por dibujar el pasto
que trepa por sobre la bola de metal.
Gracias por dibujar los cielos despejados.
Gracias por poner color
con la forma de una mandarina a la deriva
de pájaros que se alejan hacia el sonido de un arpa
que encarna un cielo que sólo puedo imaginar.
Me gusta este dibujo.
Lo miro todos los días.
Gracias por no hacerlo una película.
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