"Quizá también pensó algo así Gherasim Luca cuando estaba a punto de tirarse al río Sena desde un puente de la Île Saint-Louis. Luca llevaba treinta, cuarenta años en Francia, toda la vida: lo mismo da. El poeta había abandonado Rumanía y el rumano, perseguido por el mismo terror que expulsó a tantos otros de sus países, de sus casas, del breve siglo XX. Luca se dedicó a escribir poemas tartamudos, llenos de huecos. Habitó un lenguaje extranjero y lo llevó a los límites de sus sintaxis, al otro lado de la gramática."
No hay comentarios:
Publicar un comentario