miércoles, 28 de octubre de 2020

Piedad Bonnett.

 


“Tu boca viene a mí, sólo tu boca. 

Viene volando, 
libélula de sangre, llamarada 
que enciende ésta mi noche de ceniza. Toda la sal del mar habita en ella, 
todo el rumor del mar, 
toda la espuma. 
Boca para los besos dibujada, 
donde duerme tu lengua tentadora. 
Todo el vino del mundo está en tu boca, todo el pecado 
y la inocencia toda. 
Boca que calla y cuando dice, oculta. Capaz de toda la verdad tu boca, 
de toda la verdad y la mentira. 
Ríe tu boca y se despierta el día. (Relámpagos de nieve hay en tu risa). 
Como un tropel de potros me atropellan los besos de tu boca deliciosa; 
tu boca, mariposa equivocada, 
tu boca ajena que se desdibuja 
en mi noche de círculo y ceniza”.

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