"—¿Crees que no te quisieron demasiado?
Ella volvió la cabeza y me miró fijamente. Hizo un gesto afirmativo.
—Yo diría que entre un «no lo suficiente» y un «nada de nada». Siempre estuve hambrienta. Aunque solo hubiera sido una vez, hubiera querido recibir amor a raudales. Hasta hartarme. Hasta poder decir: «Ya basta. Estoy llena. No puedo más». Me hubiera conformado con una vez".
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