jueves, 20 de julio de 2023

 Cuando alguien te insulta, tienes que convertirte en un receptor; tienes que aceptar lo que él dice, solo entonces puedes reaccionar. Pero si no aceptas, si te limitas a quedarte distanciado, si mantienes la distancia, si permaneces en calma, ¿qué puede hacer él? Dijo Buda: «Es como si alguien arroja una antorcha encendida al río. Seguirá encendida hasta que llegue al río. En el instante en que cae en el río, el fuego se apaga. El río lo enfría. Yo me he convertido en un río. Podéis dirigirme insultos... son fuego cuando los lanzáis, pero en el momento en que llegan a mí, mi calma apaga su fuego. Ya no hacen daño. Tiráis espinas... pero al caer en mi silencio se transforman en flores. Yo actúo según mi naturaleza intrínseca.» Esto es espontaneidad.. El hombre de conciencia, de conocimiento, actúa; El hombre que no es consciente, el inconsciente, el mecánico el robot, reacciona. Y no es que el hombre de conciencia se limite a observar. Observar es solo un aspecto de su ser. No actúa sin observar. Pero no te confundas. India entera, por ejemplo, ha estado malinterpretando a, personas como Buda; por, eso el país entero se ha vuelto inactivo. Pensando que todos los grandes maestros han dicho: «Siéntate en silencio», el país entero se volvió holgazán; sucio, inactivo. El país perdió energía, vitalidad vida. Se convirtió en algo totalmente obtuso, sin inteligencia, porque la inteligencia solo se agudiza cuando actúas Y cuando actúas momento a momento, basándote en tu conciencia y tu Vigilancia, surge una gran inteligencia. Empiezas a brillar, a relucir, te vuelves luminoso. Pero para eso hacen falta dos cosas: la vigilancia y la acción surgida de esa vigilancia. Si la vigilancia se convierte en inactividad, estás suicidándote. La observación debe llevarte a la acción un nuevo tipo de acción. La acción adquiere una nueva cualidad. Observas, estando totalmente quieto y en silencio. Ves cuál es la situación y, según lo que veas, respondes. El hombre de conciencia responde: es responsable... ¡en el sentido estricto de la palabra! Responde, no reacciona. Sus acciones nacen de su conciencia, no de tu manipulación. Esa es la diferencia. Así pues, la observación y la espontaneidad no son incompatibles. Observar es el principio de la espontaneidad; la espontaneidad es el cumplimiento de la observación. El verdadero hombre de conocimiento actúa... actúa muchísimo, actúa de manera total, pero actúa en el momento, basándose en su conciencia. Es como un espejo. El hombre corriente, el hombre inconsciente, no es como un espejo, es como una placa fotográfica. ¿Qué diferencia hay entre un espejo y una placa fotográfica? Una placa fotográfica, después de haberse expuesto, ya no sirve. Recibe la impresión, queda impresa, retiene la imagen. Pero recuerda: la imagen no es la realidad. La realidad sigue creciendo. Puedes salir al jardín y tomar una foto de un rosal. Mañana, la fotografía será la misma, pasado mañana la fotografía seguirá siendo la misma. Vuelve a salir a mirar el rosal ya no es el mismo. Las rosas han desaparecido, o han brotado otras nuevas. Han ocurrido mil y una cosas. La vida nunca es estática, cambia constantemente. Tu mente funciona como una cámara: sigue reuniendo imágenes... es un álbum de fotos. Y después, tú reaccionas según esas imágenes. Por eso, tu vida nunca es auténtica, porque hagas lo que hagas, está mal hecho. Hagas lo que hagas, insisto, estará mal hecho, Nunca será adecuado. Una mujer estaba enseñándole el álbum familiar a su hijo y llegaron a la foto de un hombre muy atractivo: pelo espeso, barba, muy joven, muy vital. El niño preguntó: «Mamá, ¿quién es este hombre?» Y la mujer le respondió: «¿No le reconoces? Es tu padre.» El niño se quedó desconcertado y dijo: «Si este es mi padre, ¿quién es ese calvo que vive con nosotros?».

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