viernes, 5 de marzo de 2021





 La surfista Sam Bloom reinició su vida después de que su existencia cambiase para siempre a raíz de quedar discapacitada a causa de un accidente. “Hay personas increíbles que aceptan completamente su lesión, pero yo no. La odiaba demasiado como para aceptarla”, dice Sam. En los comienzos la batalla contra el dolor físico fue insoportable, lo que le afectó de forma muy negativa en el aspecto mental. “Nada me dolió más que cuando el médico dijo que no volvería a caminar. Nunca quise ser una espectadora. No es lo que soy. Durante el primer año estuve muy deprimida. Todo parecía imposible. Echaba de menos jugar con los chicos. Me echaba de menos a mí misma”, explica. 

Sam confiesa que estaba a punto de rendirse. Su confianza estaba “a cero”, hasta que su hijo menor trajo a casa una sorpresa: una cría de urraca que estaba herida. La familia decidió llamarle “Pingüino”.

“Creo que gracias a la urraca recobré mi confianza. Antes de eso estaba convencida de que era la peor madre, la peor esposa y la peor amiga. Cuando encontramos a Pingüino me di cuenta de que era capaz de cuidar a alguien, no era tan inútil como pensaba. Aunque parezca extraño, me dio esperanzas. Su recuperación me ayudó a sentir que tenía una misión”, comenta Sam.

https://time.com/4742541/penguin-bloom-life-after-paralysis/

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