miércoles, 23 de octubre de 2024

 Puse un sueño en un navío,

y el navío sobre el mar;

abrí el mar con mis dos manos

y lo hice naufragar.

 

Tengo las manos mojadas

de azul y olas entreabiertas;

color fluye de mis dedos

tiñe arenas desiertas.

 

El viento vino de lejos,

la noche, curva de frío;

bajo el agua va muriendo

mi sueño, y en su navío…

 

Lloraré lo necesario

para hacer la mar crecer,

el navío se irá al fondo,

sueño, a desaparecer…

 

Luego ya, todo perfecto:

playa lisa, lisas aguas.

Ojos secos como piedras,

y mis dos manos quebradas.

Cecilia Meireles

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