El libro de Richard Bach, donde sugiere una interpretación de los múltiples universos de la mecánica cuántica, para varias de sus experiencias vitales. De hecho, Bach desarrolló esta idea tras una «coincidencia asombrosa» protagonizada, en 1966, por él y otro amigo mientras pilotaban un biplano de su propiedad.
Tras haber viajado desde California a Carolina del Norte en un Fairchild 24, decidieron cambiar su moderno avión por un biplano del 29. Así las cosas, mientras sobrevolaban el estado de Wisconsin, perdieron el control del aeroplano y tuvieron que tomar tierra de emergencia en un pequeño aeródromo. Todo presagiaba grandes dificultades para poder salir de allí. Sólo se habían fabricado ocho unidades del Detroit-Parks Speedster modelo P-2A , por lo que conseguir una pieza para repararlo se antojaba una tarea imposible… Pero la «providencia» tenía otros planes.
Hasta el aeródromo se acercó el dueño de un hangar cercano que vio aterrizar con dificultades al aeroplano. Les brindó su ayuda y les condujo a otro hangar donde, entre un montón de piezas, encontraron precisamente la que necesitaban para reparar su avión.
En su libro Nada es azar , Richard Bach escribe:
«Las probabilidades de encontrar la pieza que nuestro biplano requería en un pueblo pequeño en el que, por casualidad, residía un señor que tenía esa pieza tan antigua; las probabilidades de que dicho hombre se encontrara en la escena cuando sucedió la avería; las probabilidades de que empujáramos el avión justo hasta el hangar contiguo al de ese individuo, a tan sólo escasos metros de la pieza que necesitábamos; todas esas probabilidades eran tan impensables que pedir el milagro de una coincidencia era una locura».
Pero sucedió. Y la vivencia —entre otras— sirvió para que años después, en 1988, desarrollara en Uno la idea de que cada bifurcación que nos plantea la vida abre un mundo alternativo que se desliza paralelamente a éste y que, eventualmente, puede cruzarse de nuevo en nuestra línea principal, dando lugar a las coincidencias significativas… cuando lo necesitamos de manera vital. Así, «los problemas son para solucionarlos, la libertad, para comprobarla; mientras conservemos la fe en nuestros sueños, nada nos sucederá por simple azar».
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