ALQUIMIA OCULTA: MIEL
¿Que podríamos decir de este increíble alimento, aparte de que es el alimento más perfecto que la naturaleza ha podido crear por si sola? Por supuesto, tal logro fue y sigue siendo posible gracias al minucioso proceso en base a los preceptos alquímicos que tiene lugar en su elaboración.
Podríamos enumerar sus increíbles beneficios, sus propiedades medicinales y alimenticias, pero de eso podemos encontrar mucho en la red gracias al sabio "Google". Por ahora, nos detendremos un momento a observar el proceso, que es, claro, lo que en realidad nos debe interesar si algún día pretendemos enfrentar el largo camino hacia la panacea universal.
Dice un proverbio alquímico:
"Cada cosa tiene su tiempo bajo el sol. Un tiempo el llorar, un tiempo el reír; un tiempo el sembrar, un tiempo el cosechar. El trabajo del hombre es inútil sin el concurso del cielo y todo esfuerzo que se haga fuera de su temporada, está llamado al fracaso".
Al igual que para tener éxito en la elaboración de una tintura potente se debe tomar la planta directamente de la tierra en el día y la hora adecuada, así también las sabias abejas salen en una temporada especial a recolectar el néctar de las flores, no lo hacen antes ni después. El néctar en sí no es más que una "DESTILACIÓN" de la savia; es una sustancia utilizada por las flores para atraer insectos, los cuales, al detenerse a beber el precioso fluido, entrarán en contacto con el polen ubicado en los estambres. Cuando estos insectos han saciado su sed de nutrientes, partirán en nuevas direcciones, deteniéndose cada tanto en otras flores, transportando y dejando en ellas el polen adherido anteriormente a sus patas o en su cuerpo, cumpliendo así con el ciclo sexual de la flor, del cual son inconscientes. Como quiera que sea, las abejas no son la excepción a esta regla. Sin embargo, en la abeja, el proceso va un poco más lejos.
Para la abeja melífera, el néctar no es solo un alimento fugaz en sus mañanas de vuelo. Ellas utilizan el néctar como materia prima para un producto mucho más perfecto de lo que la flor hubiera podido crear: La Miel, la cual debe elaborarse antes de ciertas temporadas, cuando hace frio y pronto no habrá mucho de donde alimentarse en el exterior. Pero el proceso de elaboración de la miel no es de completa autoría de la abeja, sino que inicia desde mucho antes, en la llegada del agua a la planta, en un proceso continuo de disolución y coagulación, de digestión en digestión, hasta que la materia prima de la naturaleza ha alcanzado el nivel adecuado de perfeccionamiento, y finalmente la abeja puede sintetizarlo. El proceso inicia en la tierra, de donde la planta absorbe el agua básica y las sales esenciales para crear la savia bruta. Una vez obtenida la savia bruta, esta asciende por el tallo de la planta (Sublimación: Sube de la tierra al cielo…) y se deposita en las hojas, para entrar en contacto con la radiación del rey de los astros y alcanzar su madurez (el león verde devorando al sol). Una vez el sol pasa a vivir dentro del vital fluido, estará listo para traspasar su virtud (baño María: el sol bañándose en el mar), dando como resultado una savia madura, lista para irrigarse y alimentar a la planta desde las hojas hacia las ramas y el tallo (...y de allí vuelve a la tierra, para que tengas la fuerza de lo de arriba y de lo de abajo). Una vez iniciado el proceso de digestión de la savia, una parte de su producto cumplirá con la fase de "Destilación" y creará el néctar, el cual continuará con su proceso de digestión gracias a la abeja.
Una vez que el néctar es recolectado por la abeja, va directamente al estómago de esta, en donde una enzima llamada Invertasa descompone la sacarosa del néctar y lo transforma en fructosa y glucosa, en un nuevo proceso de digestión. Para cuando la abeja vuelve al panal, el néctar estará digerido, entonces es regurgitado y pasado a otra abeja, la cual lo digerirá nuevamente mientras lo transporta y lo regurgita para otra abeja. De digestión en digestión, de purificación en purificación. Este proceso se repetirá las veces que sean necesarias hasta que se obtiene un producto perfeccionado, cuya virtud ha sido sublimada y procesada a tal punto, que no desaparecerá jamás. Una vez que el instinto de la abeja siente que su producto está listo, será depositado en una celda de cera especial e iniciará el proceso de "Coagulación". Este último paso en la transformación se realiza mediante el batir de las alas de miles de abejas sobre su miel, aumentando con esto la temperatura de la colmena, sin superar los 16° o 18°, calor suficiente para evaporar lentamente la humedad de la miel sin que se volatilicen los principios esenciales, que son los que finalmente cumplirán con la función de alimento especial. Esto hará que la miel se espese y alcance un nivel de permeabilidad y sequedad óptima para poder ser conservada durante miles de años sin que pierda su potencial. Cuando la miel está suficientemente coagulada, se cubre con otra capa de cera, evitando así que pueda ser dañada por cualquier sustancia que irrumpa en el panal y permitiéndole la máxima conservación al vacío. Y es aquí en donde entra la mano corruptora del hombre...
Las abejas bien podrían continuar el proceso y secar totalmente la miel, hasta que su virtud fuera fijada completamente, creando con ello un ámbar, cuyo poder puede separarse en pequeñas porciones de polvo de proyección y servir de semilla virtuosa a cientos de pociones medicinales. Pero la naturaleza ha dispuesto que su proceso llegue hasta ahí y más que servir de semilla futura, sirva de alimento inmediato.
En Egipto, se han excavado tumbas y recintos de más de 2000 años de antigüedad, en donde se ha encontrado miel, en perfecto estado de conservación, a la que solo le hace falta ser recalentada para poder ser consumida. Esto prueba la inmensa virtud fijadora que posee en su interior. En los días del imperio Romano, incluso en los de Alejandro Magno, los cadáveres de personajes importantes eran conservados en miel, así se mantenían “frescos” por mucho tiempo y todos sus súbditos podían viajar y contemplarlos en su último viaje en el mundo.
La miel es el único alimento imperecedero de toda la historia y ahora sabemos él porque: La alquimia se lleva cabo con éxito en su proceso de fabricación. La próxima vez que veamos un frasco de miel pura, démosle a la naturaleza el crédito por su habilidad e ingenio, dignos de un verdadero Maestro alquimista, al crear un alimento cercano al tope de la perfección.
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