Cuando mires al cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tú tendrás estrellas que saben reír!
Y volvió a reír.
—Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amigo. Tendrás deseos de reír conmigo. Y abrirás a veces tu ventana, así…, por placer… Y tus amigos se asombrarán al verte reír mirando el cielo. Entonces les dirás: « Sí, las estrellas siempre me hacen reír» , y ellos te creerán loco. Te habré hecho una muy mala jugada…
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