Tras la epifanía de Acción de Gracias en el sofá de su cuñado, Sinek pasó meses obsesionado con el porqué. ¿Cuál era el suyo? No tardó en descubrir que siempre había sido el eterno optimista de la pandilla. "Era el que convencía a todo el mundo de que podía acometer lo que se propusiera", escribe. Ese resultó su porqué: inspirar a las personas, ayudarlas a hallar su propio porqué.
"Compartí mi hallazgo con un grupo de amigos y me invitaron a que se lo contara a otros amigos", recuerda. "Organicé una charla en un piso, gustó, me pidieron más... Fue una difusión bastante orgánica y, en un momento dado, alguien me dijo: deberías escribir un libro. Seguí su consejo, llevé el manuscrito a un editor y, tres días después, firmaba el contrato para publicar Start with Why".
"Nunca se planteó ser un orador", le digo.
"Ni siquiera ahora", responde divertido.
¿Y cómo se ha plantado en el World Business Forum, que es la Champions de la oratoria? "No estoy mejor relacionado que los demás", escribe. "Tampoco mi ética del trabajo es superior. No tengo un título de la Ivy League y mi expediente universitario está en la media. Lo más divertido es que ni siquiera sé cómo montar un negocio. Lo único que hago que la mayor parte de la gente no hace es que he aprendido a empezar siempre con el porqué".
https://www.expansion.com/actualidadeconomica/2016/02/19/56af9c1a22601dd4678b4619.html
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