-¡Nunca, nunca pienses en lo que otro dice! ¡Niégate rotundamente! Sólo piensa en tus pensamientos. Y ahora, ¿en qué piensas?
-Recuerdo un libro suyo que acabo de leer... un libro de sonetos.
-Oh, sí. A mí me ha dado por escribir sonetos como a otros les dio por hacer sonatas, lo mismo que si fueran corcholatas, etiquetas, botones o boletos. A mí me ha dado por descubrir secretos. A mí me ha dado por volar veletas. A mí me ha dado por recordar siluetas y medir bien la luz de los abetos... así es, yo sólo conozco de sonetos como otros conocen de sonatas.
-¿Cree que uno llega realmente a conocer algo?
-Uno llega a conocer sus límites, las fronteras, los diques y los muelles. En los muelles se aguarda al que ha de venir... el amante aguarda al amante. Lo "aguarda", no lo espera, porque cualquiera aguarda, pero no cualquiera espera. Se espera lo que nadie puede saber... lo secreto, se espera lo... innombrable... se espera...
Pita Amor
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